Hay quienes no hacen mayores distinciones entre estas nociones, tendiendo incluso a incluir la gestión dentro de la administración. No se trata, entonces, de conceptos excluyentes. Sin embargo, es posible establecer algunas diferencias importantes, especialmente en el ámbito educativo.

Históricamente ha prevalecido un enfoque administrativo de la organización escolar, bajo la fuerte influencia de la teoría administrativa, especialmente aquella de carácter normativo y burocrático. En este sentido, administrar implica “la existencia de un grupo de acciones homólogas que se realizan racionalmente de la misma forma en una oficina de correo, en una empresa industrial o en un servicio de salud. Se trata de las acciones denominadas de administración general: planeamiento; confección de los programas operativos para cada unidad; distribución de los recursos materiales y humanos según las posibilidades y necesidades; control del funcionamiento de los servicios; documentación y archivo de las decisiones en expedientes, carpetas y depósitos; control de los horarios y de faltas del personal”1. Obviamente, la organización escolar requiere de este tipo de acciones. Sin embargo,no son lo esencial.

Por su parte, desde sólo hace dos décadas se viene hablando de gestionar las instituciones y sistemas educativos. Así, el término que aludía sólo a una acción administrativa, pasa a tener protagonismo, pues la “transformación en la que estamos inmersos nos impone transitar desde un presente modelo de administración escolar muy enraizado en el pasado, hacia un modelo presente lanzado hacia el futuro, aunque muchas veces parezca sólo un deseo: la gestión educativa estratégica”2. No se trata, por tanto, sólo de una cuestión terminológica, sino de una verdadera filosofía de cómo hoy en día deben funcionar los establecimientos educacionales. De aquí que me parece muy pertinente la definición de gestión que la concibe como “un saber de síntesis capaz de ligar conocimiento y acción, ética y eficacia, política y administración en procesos que tienden al mejoramiento continuo de las prácticas educativas; a la exploración y explotación de todas las posibilidades; y a la innovación permanente como proceso sistemático”3. Es decir, ahora administrar es una acción dentro del contexto mayor que es gestionar. Desde aquí, también podemos afirmar que mientras administrar consiste más en mantener, en conservar y mejorar en uso de los recursos que se tiene; gestionar es una actitud global, sistémica e integradora de todos los elementos y procesos de la institución, que siempre busca el mejoramiento mediante la implementación de cambios e innovaciones.
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1. UNESCO, IIPE: “Gestión Educativa Estratégica”, en Diez Módulos destinados a los responsables de los procesos de transformación educativa, Buenos Aires, 2000, página 9.
2 Idem, página 16.
3 Idem, página 17.

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